viernes, 21 de noviembre de 2014

El delito de ser pobre

Supongamos que de repente, porque lo votan en algún lado, la Policía decide meter presos a los gordos, por como se ven. O empieza a encarcelar a los que usan saco y corbata, por como se visten. Nos sonaría violento, no nos parece posible que se prive de la libertad a alguien por cómo se ve o como se viste, sin embargo es eso justamente lo que pasa con los pibes jóvenes y pobres de nuestra provincia. Se los detiene sin motivo, por como se ven (o por portación de rostro, como se lo suele llamar) o por como se visten, porque usan gorra, ropa deportiva o "altas llantas". Y pareciera que a nadie le suena raro, ni violento ni nada de eso, por el contrario (también por cómo se ven o como se visten o vaya a saber porqué prejuicios) naturalizamos esas detenciones con argumentos que se parecen muy peligrosamente al "algo habrán hecho".
El carnaval es una época donde los de abajo emergen y con todo su alboroto cantan sus verdades, con sus excesos mandan a callar al poderoso. En Montevideo el desfile de carrozas durante muchos años fue encabezado y presidido por quien el resto del año abría la puerta de los taxis en la terminal. Es la época donde esos "otros" ocultos, marginados, desplazados, ocupan el centro de la escena y hacen su fiesta. Ese es para mi el sentido de la Marcha de la Gorra. Es el dia donde los desplazados, los discriminados de siempre ocupan la plaza, el centro, los medios y cantan sus verdades, sea con música o carteles.
Ese carnaval desafía los límites que la Policía y el poder político de la provincia pretenden imponerles. Si un pibe pobre, quiere ir al centro o a la costanera es hostigado y avergonzado de tal manera que muchos chicos de los barrios no conocen el centro. Leiste bien, no conocen el centro y los que lo conocen se arriesgan a pasar algunos días "a la sombra" si en una de las tantas detenciones donde les piden documentos, los palpan de armas, les gritan, etc. no se aguantan la rabia y reaccionan ante alguna provocación.
Se supone que la Policía ordena "hacer números" a los efectivos, exigiendo un mínimo de detenciones. Así se ganan el franco, los ascensos o por el contrario, los pierden. Eso investiga un Juez de la provincia ante la denuncia de una mujer policía que no estuvo dispuesta a callar esto. Si un pibe reacciona porque no se aguanta la bronca de que lo paren todo el tiempo por ser quien es, o por vivir donde vive o por nacer como nació, le facilita la tarea al oficial de turno y colabora con su franco semanal con un detenido más. ¿Los motivos? merodeo, resistencia a la autoridad, escándalo en la vía pública y un montón de artículos más del tan mentado Código de Faltas, que son tan arbitrarios como difusos. Para más, es la misma policía la que va a juzgar eso, porque es un comisario el que sentencia si es inocente o culpable. En cualquier caso tiene unas 72hs para resolverlo y ya el pibe se pasó 3 días preso, por nada.
Ahora pensemos si ese pibe ahora quiere conseguir un trabajo. ¿Certificado de antecedentes? todo manchado ¿Cuántas detenciones? vaya uno a saber ¿Motivos? ser joven y pobre, o usar gorra, todos crímenes imperdonables.
Toda una generación esta siendo condenada a la marginalidad, a los trabajos en negro, a las changas, cuando no a la droga y el delito, que la policia tambien suele conocer muy bien en los barrios. Toda una generación esta siendo victima del miedo, del terror de un Estado que decide sostener esta injusticia porque garantiza los votos, porque "mide bien", porque los que somos mas blanquitos de clase media suponemos que con la inseguridad de los pibes, con el miedo de los pibes, con la injusticia contra los pibes, estamos más seguros. Sin embargo el delito, la violencia y todo lo que lo rodea no para de crecer ¿Será cierto que estamos más seguros? ¿O sólo gastamos millones de pesos en una ficción que encarcela a los pobres para que parezca que se hace algo, mientras finalmente no se hace nada.
En Villa María por tercera vez este carnaval, esta marcha de la bronca, tomó la forma de lo que hace ocho años se hace en Córdoba Capital, la Marcha de la Gorra. Allá participaron unas 20mil personas, aqui muchos menos, pero sin embargo muchos más y con mucha más visibilidad que otros años. Los que hemos puesto el cuerpo en estas actividades en los años anteriores no cabemos en nosotros de la alegría de ver la plaza llena de gente, de música, de carteles, de pibes, de profes, de consignas que denuncian el abuso, que reclaman justicia, que no se resignan a la vida que les eligen desde algún escritorio, que se revelan y pasean sus gorras al menos una vez al año sin temor a que los detengan. Aun somos pocos, aunque somos muchos más que hace algunos años, necesitamos que se abran muchos oídos y muchas cabezas para que estas arbitrariedades no sumen más votos, no "midan bien".
Si fuese a tu pibe, a tu hermano, a tu sobrino o a quien vos quieras al que la policía lo hostiga y lo maltrata no sabrías qué hacer con la indignación. Si fuese a tu familia al que le devuelven un pibe golpeado o incluso muerto, como le pasó a la familia de Joel, no entenderias como no somos miles, millones, los que reclamamos en las calles, no una vez sino todo el año. No queremos que eso pase, no queremos que falte nunca más un pibe por la desidia estatal, pero si queremos que seas consciente que esto esta pasando, que no podemos mirar para otro lado.
¿A donde vas así vestido? No vayas, te pueden detener.
El Fede
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